La vulnerabilidad no es una debilidad, es la habilidad de abrirse y ser honesto, una fortaleza en sí misma.
Es apertura y honestidad, es mi capacidad para abrirme y ser honesta con mis propios sentimientos, pensamientos y experiencias. Cuando me muestro vulnerable, estoy aceptando mi humanidad y permitiendo que otros me vean tal cual soy.
Es aceptar mi humanidad, por eso considero la vulnerabilidad como una fortaleza, y eso implica reconocer que todos somos seres humanos vulnerables. Cometemos errores, tenemos áreas para mejorar y enfrentamos desafíos.
Al aceptar mi vulnerabilidad, vivo siendo auténtica, real.
Si intentamos ocultar nuestras debilidades, limitamos nuestras conversaciones y nuestra forma de estar en el mundo.
Abrazar nuestra vulnerabilidad nos permite construir vínculos auténticos y reales. Cuando nos mostramos tal como somos, sin máscaras ni caretas, creamos relaciones más profundas y significativas.
Se nos ha enseñado y hemos aprendido por diferentes codificaciones a ocultar nuestras heridas y miedos, pero aceptar nuestra vulnerabilidad nos hace más fuertes y libres.
En resumen, la vulnerabilidad no es una debilidad, sino una valiosa herramienta para nuestro autoconocimiento y nuestras relaciones. Aceptar nuestra parte más vulnerable nos conecta con nuestra humanidad y nos permite crecer como individuos.
AUTORA : JIMENA CEBOLLA.