Una de las críticas más comunes de la obsesión de utilizar un lenguaje políticamente correcto es que mata la espontaneidad y fomenta el conformismo.
Sin embargo un estudio apunta a todo lo contrario: impulsa la creatividad colectiva en el trabajo cuando los equipos están formados por hombres y mujeres.
“Nuestra investigación revela que la creatividad en estos grupos mixtos no sale más a flote cuando se eliminan los obstáculos al comportamiento, sino poniendo ciertas trabas. Las normas que clarifican las expectativas para realizar una conducta apropiada y determinan las sanciones sociales si se usa un lenguaje sexista desatan la expresión creativa al disminuir la incertidumbre en estos contextos”, comenta la líder del estudio.
Las mujeres se sentían más cómodas al expresar sus ideas si no utilizaban palabras y expresiones ofensivas y a los hombres les pasaba lo mismo. En cambio, cuando los grupos eran de solo hombres o mujeres, esta restricción no tenía un efecto apreciable.