El síndrome de hipotensión supina es un trastorno que cualquier mujer puede padecer durante el embarazo. Aunque un simple cambio de posición generará un alivio inmediato de los síntomas.
El embarazo es un periodo en el que el cuerpo de la mujer atraviesa diferentes cambios que le permiten adaptarse para desarrollar una nueva vida en su interior. Sin embargo, los cambios aumentan la probabilidad de sufrir ciertas patologías, como el síndrome de hipotensión supina.
El sistema cardiovascular es uno de los que más cambios atraviesa durante esta etapa. Estudios demuestran que el gasto cardiaco aumenta hasta un 40 %, la presión arterial disminuye y las modificaciones de la posición afectan el retorno venoso.
Los cambios descritos en el sistema cardiovascular hacen que muchas mujeres tengan el síndrome de hipotensión supina. Por fortuna, existen formas de prevenir su aparición, incluso desde el primer trimestre de gestación.
¿Qué es el síndrome de hipotensión supina?
Se trata de un trastorno en el que la presión arterial de las mujeres embarazadas desciende por debajo de niveles normales cuando se acuestan boca arriba. Este fenómeno ocurre porque el útero presiona a la vena cava inferior y a la arteria aorta, lo que disminuye el retorno venoso y, con ello, la presión arterial.
La disminución de la presión arterial debe ser entre 15 y 30 milímetros de mercurio (mm Hg) para que se considere un síndrome de hipotensión supina. El trastorno es mucho más común después del segundo trimestre y hasta el 15 % de las embarazadas a término lo padece.
No todas las embarazadas tendrán el síndrome. Algunas mujeres presentan mejores mecanismos de adaptación que impiden el descenso de la presión arterial. Uno de los cambios compensatorios es el aumento del flujo venoso colateral.
Síntomas
Los síntomas del síndrome de hipotensión supina suelen aparecer entre 3 y 10 minutos después de que la embarazada se acuesta boca arriba, según refieren investigaciones. Sin embargo, desaparecen al cambiar de posición. Por lo general, al acostarse de lado.
La principal manifestación clínica de esta afección es la hipotensión. Este descenso en la presión arterial disminuirá el gasto cardiaco, así como el aporte de oxígeno a diferentes órganos.
La disminución del oxígeno puede generar los siguientes síntomas:
- Debilidad.
- Dolor de cabeza.
- Palidez cutánea.
- Mareos y náuseas.
- Sudoración profusa.
- Dificultad para respirar.
- Bradicardia o descenso de la frecuencia cardiaca.
En los casos más graves, las mujeres pueden perder el conocimiento. Por ello, resulta fundamental identificar los síntomas a tiempo y cambiar de posición cuanto antes.
Causas y factores de riesgo
La principal causa del síndrome de hipotensión supina es la falla en el desarrollo del flujo venoso colateral. Sin embargo, estos son cambios que ninguna mujer puede controlar, por lo que todas son capaces de desarrollar el trastorno durante la gestación.
Por su parte, existen ciertos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de tener el síndrome. Uno de los más importantes se relaciona con el tamaño, la forma y el peso del útero, ya que los úteros más grandes y pesados generarán mayor compresión.
Otros factores de riesgo incluyen los siguientes:
- Más de 20 semanas de embarazo.
- Exceso de líquido amniótico.
- Sobrepeso u obesidad.
- Embarazos múltiples.
Tratamiento del síndrome de hipotensión supina
El mejor tratamiento posible para el síndrome de hipotensión supina es cambiar la posición que se tiene. Al momento de desarrollar los síntomas, lo más recomendable es acostarse del lado izquierdo. La posición evitará la compresión de la vena cava y mejorará el flujo sanguíneo.
Acostarse del lado derecho también podría funcionar, sin embargo, el hígado obstaculizaría el cambio de posición del útero, por lo que el alivio podría tardar un poco más. Los medicamentos no son necesarios para tratar la afección, pero siempre es mejor buscar la atención del ginecólogo en caso de síntomas persistentes.
El síndrome en cuestión también puede aparecer durante el trabajo de parto. E l personal de salud deberá adoptar las medidas pertinentes para evitar que los síntomas empeoren. Lo ideal sería suministrar oxígeno y elevar la cabeza, aunque una cesárea de emergencia también puede ser la solución.
¿Se puede prevenir?
Por fortuna, existen formas de prevenir el síndrome de hipotensión supina y sus complicaciones. Una de las medidas más útiles es evitar acostarse boca arriba.
Lo más recomendable es que las mujeres se acuesten del lado izquierdo a partir del segundo trimestre.
La posición de las piernas no influirá en gran medida, por lo que se pueden flexionar o extender, dependiendo de la comodidad. También se recomienda cambiar de lado de vez en cuando para evitar malestar en las extremidades.
Otro consejo a la hora de dormir es elevar un poco la cabeza por encima del nivel de los pies, así se aumenta el retorno venoso. Aunque el yoga en el embarazo trae consigo grandes beneficios, conviene evitar algunas posturas.
La mayoría de las medidas que ayuden a la mujer a relajarse y a conciliar el sueño también reducen la probabilidad de padecer el síndrome de hipotensión supina. Por ello, las recomendadas son las siguientes:
- Tomar un vaso de agua o leche antes de dormir.
- Usar varias almohadas o un cojín de lactancia al dormir de lado.
- Colocar una cuña debajo de la cadera para dar cierta inclinación.
Un síndrome muy común que se puede prevenir
El síndrome de hipotensión supina es una patología común, padecida por millones de mujeres en su gestación. A pesar de que puede tener consecuencias graves, es muy fácil de prevenir. Tan solo será necesario evitar recostarse boca arriba durante mucho tiempo.
Sin embargo, si los síntomas son muy frecuentes e intensos, lo mejor que puedes hacer es consultar con el ginecólogo. Existen otras causas que pueden explicar el descenso de la presión arterial, las cuales deben tratarse cuanto antes.