Científicos franceses han descubierto que las bacterias del intestino “nos mandan” a comer o a parar de comer, liberando unas proteínas que controlan nuestro apetito. Estas señales son similares a las que produce el cerebro cuando nos alimentamos y estamos llenos.
Esto es lo que ha demostrado un estudio en el que se inyectó dichas proteínas a ratones y ratas. Se constató así que influyen en la liberación de señales intestino y que activan las neuronas o células cerebrales que regulan el apetito. Esto sugiere que las bacterias intestinales pueden ayudar a controlar cuándo y cuánto comemos.
La nueva evidencia coexiste con modelos actuales sobre el control del apetito, que señalan que algunas hormonas del intestino envían señales a los circuitos del cerebro cuando tenemos hambre o cuando acabamos de comer.
Ahora, se ha descubierto por vez primera que las bacterias también envían esas señales. La demostración se hizo con las proteínas que libera la bacteria E. coli después de haber sido saciada.