El taoísmo es una de las filosofías más profundas y vigentes en la actualidad. Originada en China, ha influenciado durante milenios la vida cultural, social y espiritual de Asia y Occidente. El núcleo de la filosofía taoísta es muy simple pero a la vez complejo: vivir en armonía con el Tao.
En este artículo exploraremos el concepto de Tao, así como los fundamentos de este sistema de pensamiento, encarnados en los conceptos de ying y yang, wu wei y muchos más. De esa manera podremos comprender sus principios básicos y aplicar algunas de sus prácticas en la vida diaria.
¿Qué es el taoísmo?
El taoísmo es una filosofía de vida que proviene del lejano Oriente desde el año 4000 a. C. Se atribuye su fundación a Lao-Tse, quien escribió el primer libro clásico de la literatura taoísta conocido como Tao Te Ching. En esta obra se exponen los principios de esta forma de vida.
En este sentido, el taoísmo subraya la importancia de vivir de acuerdo a la naturaleza. Esto significa que los seres humanos no debemos interferir en el curso de la vida y más bien, tenemos que dejar que las cosas fluyan. Por eso, esta filosofía destaca que el universo, con sus propias leyes, es independiente de nosotros. Por lo tanto, no podemos pretender controlarlo en absoluto.
La propuesta de la filosofía del Tao es desarrollar un camino de liberación, asentado en tradiciones chamánicas del noroeste de Asia. De esta manera, lo que importa es lograr un adecuado equilibrio entre nuestra consciencia y nuestro ser natural, como parte inseparable de la naturaleza.
Orígenes chamánicos en el taoísmo
Como dijimos en el apartado anterior, el taoísmo tiene orígenes chamánicos. Los chamanes eran líderes de las tribus que poseían poderes extraordinarios. Se trataba de pueblos asentados a orillas del río Amarillo, al norte de China. Estos jefes tenían la capacidad para mandar sobre los elementos naturales, revelar los secretos de plantas y animales e, incluso, hablaban con potencias invisibles.
Con el paso del tiempo, durante el siglo XII a. C., los chamanes comenzaron a ser empleados como consejeros, adivinos y sanadores en cortes dinásticas. De esta manera, su influjo llegó a transmitirse incluso en la sociedad de Lao-Tse y Chuang-Tzu, el continuador de este pensamiento. Así se explica que esta filosofía tenga una íntima conexión con las tradiciones chamanes y tribales.
Breve historia del taoísmo
Cuenta la leyenda que Lao-Tse, harto de la corrupción y el desorden de su tiempo, decidió retirarse de la sociedad. En su camino se encontró con un guardia que le pidió que escribiera sus pensamientos antes de irse. Así nació el Tao Te Ching, un texto que se convertiría en la piedra angular del taoísmo.
La aparición de este pensamiento no fue un evento aislado. Más bien, fue el resultado de varios factores históricos. En el momento en que surgió, se vivía una época de gran agitación política. Durante el período de los Reinos Combatientes, el taoísmo presentó una alternativa al pensamiento político convencional.
La popularidad de la filosofía taoísta respondió a las necesidades de una búsqueda espiritual en tiempos de cambio. Por lo tanto, proporcionó un camino hacia la iluminación, al invitar a las personas a conectar con el Tao y encontrar su lugar en el cosmos. Así, este pensamiento se estableció de manera firme en la antigua China y dejó un legado que perdura hasta nuestros días.
¿Qué significa el término Tao?
El término Tao tiene dos significados. Por un lado, se lo define como sendero, es decir, como un camino a seguir. Esta vía no opone resistencia alguna, sino que se adapta a la naturaleza, siguiendo los principios del taoísmo. Por otro lado, el Tao es una unidad que se encuentra detrás de todos los elementos aparentes.
Otra característica del Tao es que es inefable, es decir, no puede ser apresado mediante las palabras, de ahí proviene sus diversas acepciones. Asimismo, es invisible e inalcanzable mediante la percepción.
Por eso, las personas que practican esta filosofía de vida deben trabajar mucho en su desarrollo personal. Solo así podrán llegar a una comprensión más profunda sobre la realidad del mundo, que es ni más ni menos, este principio subyacente a todo lo que existe.
Principios del taoísmo
Como dijimos, los principios de la filosofía taoísta se sustentan en función de su propia comprensión del mundo y la naturaleza. Así, el concepto central de este pensamiento es el Tao, es decir, el principio fundamental que se encuentra detrás de toda apariencia. Sin embargo, también existen otros como la dualidad del universo a través de la concepción de yin y yang y el wu wei.
Yin y yang
El concepto de yin y yang se refiere a la dualidad de aspectos opuestos, pero complementarios, que se encuentran en todas las cosas del universo. De manera literal, yin significa el lado sombrío de una montaña, mientras que yang representa el lado iluminado. Estos dos elementos son inseparables y coexisten en un estado de cambio constante, al mantener el equilibrio del cosmos.
En la filosofía taoísta, esta interacción se conoce como la «Gran Unidad», donde todas las dualidades, a pesar de ser distintas, están conectadas de manera íntima y forman una totalidad indivisible. Es el principio del Tao el que las unifica.
Wu wei
El término wu wei significa «no hacer» y, en este sentido, hace referencia a aquellas acciones no forzadas que no interfieren con la actividad de la naturaleza. Es decir, se actúa en armonía con el flujo natural de los eventos.
En términos prácticos, el concepto de wu wei nos dice que hay que tomar las cosas con calma, siguiendo la estructura de las cosas. En este sentido, otra interpretación posible del término equivale a moverse con el Tao. De esta manera, se resalta el funcionamiento del cosmos como una unidad a pesar de sus opuestos.
Espontaneidad o tzu-jan
Tzu-jan significa «por sí mismo» y hace referencia al funcionamiento automático del Tao. De esta manera, la unidad del universo funciona por sí misma. El afán de control que tenemos los humanos choca con este principio, ya que el mismo no puede ser controlado.
También la actividad de la naturaleza es automática, pues se mueve conforme al Tao. Por lo tanto, el ser humano no debe forzar ni tampoco intentar controlar el cosmos. Esto se debe a que todo lo natural funciona sin dependencia de nada externo y, por tanto, su actividad es por sí mismo.
Te o virtud
La concepción del taoísmo sobre la virtud es muy diferente de nuestra interpretación occidental del término. Para este lado del mundo, la virtud hace referencia a aquellos caracteres prudentes y mesurados que se comportan de manera apropiada en la sociedad. Sin embargo, para la filosofía taoísta esto no es así.
Asimismo, su modalidad más elevada de virtud es carecer de consciencia de que se es virtuoso. En este sentido, la filosofía taoísta considera que aquellos que se exceden en virtud, en realidad, la carecen por completo.
Cuanto más conscientes seamos o más queramos acceder a la virtud, tanto menos virtuosos seremos. Aquí también podemos apreciar parte de la dualidad propia de la filosofía taoísta, es decir, en la apariencia no se encuentra la verdadera realidad.
Dioses del Tao
Dentro de la rama religiosa del taoísmo, la divinidad se manifiesta en una pluralidad de formas. Por este motivo, no existe una figura única que domine el panteón taoísta; sin embargo, se puede nombrar algunos de los dioses más importantes.
Por un lado, está el Emperador de Jade, o Yuhuang Dadi, que se erige como la autoridad celestial suprema. Es un soberano divino cuya benevolencia se extiende a través de los cielos y la tierra. Por otro lado, está el Dios de la Longevidad o Shouxing: la encarnación de la aspiración humana a una vida plena y duradera.
Por último, nos encontramos con los Tres Puros o las Tres Purezas, una tríada de deidades supremas que representan las más altas expresiones del Tao. En primer lugar, se encuentra el Puro de Jade o Yuanshi Tianzun, arquetipo del inicio, la fuente primordial de energía que engendró el cosmos.
Luego se halla el Puro Superior o Lingbao Tianzun, que simboliza la creación y el orden. El último de estos dioses es Daode Tianzun, el Gran Puro, personificación de Lao-Tse, el fundador del taoísmo. Su figura representa una guía hacia la armonía con el Tao.
Prácticas taoístas para la vida cotidiana
Eva Wong, en su libro Taoísmo: Introducción a la historia, la filosofía y la práctica de una antiquísima tradición china (2022), nos señala algunas prácticas que realizan los taoístas. La primera de ellas y la más practicable es la meditación.
Mediante la meditación se puede cultivar la salud y la longevidad, así como un desarrollo espiritual más elevado que permite la unión con el Tao. En su práctica más cotidiana, los ejercicios de respiración nos brindan los siguientes beneficios:
Minimizar el deseo
Equilibrar las emociones
Movilizar la energía interior
Asimismo, es importante cuidar la salud física mediante técnicas de cultivo del cuerpo. Las mismas están dirigidas a incrementar la fortaleza y flexibilidad en el sistema muscular y óseo. También se destaca el fortalecimiento fisiológico mediante la regulación de la respiración. Con ello se mejora la salud de los órganos internos.
Encontrando el equilibrio y la armonía a través del Tao
El taoísmo nos ofrece mucho más que una simple filosofía, ya que es un camino hacia una comprensión más profunda sobre la vida y el universo que nos rodea. Los principios que se presentaron nos permiten una reflexión más cabal que podemos aplicar en nuestro día a día.
Así, las oposiciones representadas por medio del concepto de yin y yang nos sirve para apreciar el valor de los opuestos. En este sentido, unos se necesitan a otros para existir y toda nuestra realidad está conformada de esta manera.
De igual manera, mediante el wu wei podemos rescatar la importancia de no interferir en los procesos que están aconteciendo en nuestra vida. No hay que olvidar que tampoco debemos intentar controlar la naturaleza, ya que ella funciona según sus propias leyes. Por ello, el taoísmo nos invita a encontrar un mayor equilibrio y armonía en nuestras vidas.