Ser dependiente de un amigo, en el plano emocional, es más común de lo que se piensa. Pero si no se toman medidas oportunas, esto puede afectar la dinámica de la relación y el bienestar personal.
Todos hemos tenido un amigo o amiga que significa el mundo para nosotros, pero ¿qué pasa cuando esa relación se convierte en una necesidad insana? La dependencia emocional en una amistad puede ser una trampa difícil de detectar y aún más compleja de superar. Nos lleva a cuestionar nuestro valor, nuestra independencia y, en última instancia, la calidad de nuestras relaciones.
Imagina a Carlos, quien no puede pasar un día sin hablar con su amiga Luisa, y siente que su felicidad y bienestar dependen por completo de ese vínculo. Esta realidad no solo afecta a Carlos, sino también a Luisa, quien empieza a sentirse asfixiada y responsable de la felicidad de su amigo. Te compartimos algunos consejos para manejar esta situación.
¿Qué es la dependencia emocional?
Hablamos de dependencia emocional cuando nos referimos a ese patrón de comportamiento en el cual una persona siente una necesidad excesiva de recibir atención, aprobación y apoyo emocional de otra. Puede ser un amigo, la pareja sentimental, familiares o figuras de autoridad.
Un trabajo publicado en la revista Ansiedad y Estrés señala que los jóvenes que generan dependencia emocional suelen tener una baja autoestima y ser más propensos a sufrir síntomas de ansiedad y depresión. Esto debido a que son personas con dificultades para sentirse seguras y valiosas por sí mismas y buscan la aprobación y el afecto externo para sentirse completas y satisfechas.
Algunas características que revelan la dependencia de un amigo incluyen lo siguiente:
- Dificultad para estar solo: incomodidad o angustia significativa cuando no estás en contacto con tu amigo.
- Miedo al rechazo: experimentar miedo al abandono o una ansiedad intensa ante la posibilidad de que tu amigo te rechace.
- Fusión de identidades: perder de vista tus propios intereses, valores y metas, y adoptar los de tu amigo para mantener la cercanía.
- Sacrificio personal: poner las necesidades y deseos de tu amigo por encima de los tuyos, incluso si esto te causa malestar o daño.
- Demanda de constante de validación: sentir que tus decisiones y acciones necesitan ser validadas por tu amigo para ser correctas o valiosas.
5 consejos para manejar la dependencia emocional en una amistad
Si te encuentras a la espera constante de aprobación para sentirte bien contigo, o notas que tu mejor amigo no puede tomar decisiones sin consultarte primero, es momento de hacer algo al respecto. Esta dependencia puede crear tensiones y desequilibrios que, a largo plazo, dañan el lazo. Mira algunas estrategias para controlar la dependencia emocional.
1. Reconocer el problema
Este tipo de dependencia dificulta la toma de decisiones autónomas, genera una baja autoestima y aumenta el temor a estar solo. Entonces, el primer paso para controlarla es reconocer que existe y está deteriorando tu amistad.
La dependencia emocional suele provocar estrés y resentimientos, ya que el amigo que se siente sobrecargado por la constante necesidad de apoyo y validación quizás empiece a distanciarse. Además, la relación puede volverse poco saludable, lo que impide que ambos crezcan y se desarrollen como individuos independientes.
2. Fortalecer la autoestima
En una investigación compartida por la Universidad de Sakarya han resaltado que, si una persona tiene baja autoestima y es dependiente emocionalmente, es más probable que desarrolle estilos de apego ansiosos en donde se siente insegura y necesita el afecto de los demás para estar bien.
Cuando construyes una autoestima saludable, te sientes más seguro de ti mismo y menos propenso a depender de los demás para tu felicidad y validación. Asimismo, reforzar tu autoestima te permite reconocer tu valor como persona y facilitar relaciones más sanas y equilibradas.
Para lograr este cometido, trabaja en objetivos personales que te interesen. Alcanzar estas metas, por pequeñas que sean, ayuda a mejorar tu autoconfianza. Además, pasa tiempo con personas que te apoyen y te hagan sentir bien, y aléjate de aquellos que te critiquen sin fundamento o te hagan sentir insuficiente.
3. Establecer límites saludables
En cualquier relación que tenemos con otras personas, ya sea amistosa, familiar, amorosa o laboral, establecer y respetar los límites personales es crucial para evitar la dependencia emocional. Esto te ayuda a definir tus propias necesidades y expectativas, lo que permite que tanto tú como tu amigo se mantengan en una relación que acate el espacio y el bienestar de cada uno.
Los límites saludables con amigos previenen el agotamiento emocional y fomentan una mayor comprensión y respeto mutuo. A continuación, lee algunas técnicas que puedes emplear para establecer límites en tus amistades:
- Sé firme, pero flexible: es importante ser firme en tus límites, pero también estar dispuesto a negociar cuando sea necesario. La flexibilidad en la comunicación contribuye a encontrar un equilibrio que funcione para ambos.
- Comunica tus necesidades con claridad: explica de manera abierta y honesta cómo te sientes y qué necesitas en la relación. Si requieres tiempo para ti o si te abruma la cantidad de contacto, hazlo saber de forma directa y respetuosa.
- Establece tiempos y espacios personales: dedícate tiempo, reserva ciertos días o momentos para actividades que disfrutes en soledad, y comunica dichos tiempos a tu amigo para que entienda y respete tu necesidad de espacio.
- Usa el «yo» en lugar del «tú»: cuando expreses tus límites, enfócate en cómo te afectan en lugar de señalar lo que hace el otro. Por ejemplo, en lugar de decir «siempre invades mi espacio», di «me siento estresado cuando no tengo tiempo para mí mismo». Poner límites hace parte del amor propio.
4. Fomentar la independencia
Para reducir la dependencia emocional en la amistad, es necesario que ambas partes desarrollen su autonomía. De esta manera, pueden sentirse seguros con su propia capacidad para tomar decisiones y manejar sus emociones sin depender de la validación o el apoyo de los demás.
Con ánimos de cultivar una mayor independencia y construir relaciones más equilibradas y saludables, comienza por hacer lo que te apasione. Esto te brindará satisfacción y propósito fuera de la relación amistosa.
Incluir metas profesionales, académicas o personales también favorece crecer y desarrollarte como individuo. De igual manera, aprende a aceptarte y valorarte tal como eres, sin esperar el visto bueno de otros.
5. Buscar ayuda profesional
Si sientes que la dependencia emocional en tu amistad con otra persona es profunda, acudir a profesionales de la salud mental, como terapeutas o consejeros, es beneficioso para explorar las raíces de tus problemas emocionales y desarrollar estrategias efectivas con el fin de superarlos.
La intervención experta puede proporcionarte una perspectiva objetiva, así como técnicas y herramientas que fortalezcan tu bienestar y mejoren tus relaciones interpersonales. Asimismo, en terapia es posible aprender habilidades para gestionar tus emociones, establecer límites saludables y construir una autoestima más sólida.
Trabaja tu bienestar mental y rompe con la dependencia emocional en la amistad
El camino hacia una amistad más saludable comienza con pequeños pasos y decisiones conscientes. Al trabajar en tu bienestar mental, no solo te beneficias, sino que también enriqueces y fortaleces tus lazos.
Si identificaste tu relación amistosa con algunas características atribuidas a la dependencia emocional, pon en práctica los consejos que te compartimos. Es momento de dar el paso para salir de ese círculo, preservar el vínculo y estar bien contigo mismo.