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A medida que transitamos nuestro ciclo menstrual, danzamos entre emociones que salen a la luz, trayendo memorias que están ahí, esperando ser vistas y abrazadas con todo el amor. Memorias reprimidas y dormidas, memorias de dolor, de inseguridad, de miedos… Memorias de mamá, de abuela, de bisabuela.
Este es un tiempo hermoso, maravilloso y sagrado. Es un tiempo para reconocernos, para conectarnos, para darle la bienvenida a los mágicos y sorprendentes procesos que trae nuestra ciclicidad. Todos estos procesos están en la vibración del amor divino y son guiados por nuestra alma, permitiéndonos ver nuestro auténtico yo y transitar nuestro camino en el mundo.
AUTORA: JIMENA CEBOLLA.