Es el tercer cáncer más frecuente en mujeres en Chile, con una incidencia de 11 casos por cada 100.000 habitantes, su mortalidad es de 5,2 por cada 100.000 habitantes y la mediana de edad es de 49 años, aunque hay casos de pacientes menores a los 35 años que también llegan a las consultas médica.
Con preocupación ven los especialistas la realidad de los cánceres femeninos en Chile, especialmente el cáncer de cuello uterino. A la necesidad de reforzar las medidas de prevención se han sumado otras variables como factores ambientales, demográficos derivados de la migración y la falta de actualización de las guías clínicas.
El cáncer de cuello uterino es el tercer cáncer más frecuente en mujeres en Chile, con una incidencia de 11 casos por cada 100.000 habitantes, su mortalidad es de 5,2 por cada 100.000 habitantes y la mediana de edad es de 49 años.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) fijó una estrategia global para eliminar el cáncer del cuello del útero que se basa en tres pilares fundamentales: la vacunación, la detección y el tratamiento. Además, definió que un país logra su erradicación una vez que la incidencia de esta afección alcanza un umbral inferior a los cuatro casos por 100.000 habitantes al año.
La doctora Marisa Bustos, médico oncóloga radioterapeuta y docente de la Pontificia Universidad Católica de Chile afirmó, durante un ciclo de charlas organizadas por Fundación Chilesincáncer , que entre los desafíos están la prevención de la enfermedad a través de una mayor educación sobre los riesgos de no realizarse exámenes de detección en forma regular, así como el impacto de variables como la obesidad y el tabaco en los cánceres de la mujer, junto con la necesidad de apoyo psicológico y el desarrollo de programas de manejo para las sobrevivientes del cáncer.
En ese sentido, la especialista ve la necesidad de incorporar al diagnóstico la mejor planificación, que incluye los perfiles moleculares para caracterizar de mejor manera los tumores. “Es un desde y una obligación cumplir con los mejores estándares para seleccionar a las pacientes para los distintos tratamientos lo que no sólo implica hacer más tratamientos, a veces significa ajustarlos o hacer menos terapias porque no vamos a exponer a una paciente si no tiene un beneficio razonable. Por eso, creemos que una caracterización más específica de las enfermedades hoy es algo en lo que debemos estar muy atentos y desarrollar conocimiento para aportarlo en la comunidad local”.
Para la especialista, la actual demografía en Chile debe ser otro factor relevante al momento de entregar opciones de tratamiento de la patología. “Hace 30-35 años las mujeres con cáncer de cuello uterino tenían en promedio 60 años, mientras que en los últimos 10 años el promedio de edad de las mujeres que tratamos en la consulta es de 35 años, e incluso tenemos pacientes de 23-24 años con este cáncer, entonces la realidad que se ha impuesto ha cambiado y el desafío de tratar a otro grupo etario, en otro momento de su vida, con los mismos tratamientos es también una realidad distinta”, planteó.
La doctora Marisa Bustos agregó que “también nos consta que en ciudades como Antofagasta la población inmigrante tiene una enorme demanda por tratamiento de cáncer de cuello uterino en etapa avanzada. Nuestra demografía va modificando la demanda asistencial que tenemos en los hospitales”.
El ciclo de charlas de oncología de la mujer continuará el 11 de octubre con la temática centrada en el cáncer de mama.