J.J. Benítez: «Los indígenas hacían el amor con los extraterrestres.

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juan jose benitez retrato

Hay grabados de nativas dando a luz a seres no humanos»
El escritor, periodista e investigador J.J. Benítez nos vuelve a dejar con la boca abierta con La cara oculta de México, un libro con el que asegura, a través del hallazgo de un tesoro, que la relación entre humanos y alienígenas fue duradera y fructífera. A continuación, las explicaciones y las fotografías con las que certifica sus teorías

¿Por qué nos creemos los únicos? ¿Qué nos hace pensar que en este universo cuajado de estrellas e incógnitas solo los humanos tenemos capacidades mentales para aprender, crear, dibujar, construir, filosofar, escribir o pensar en abstracto? ¿Somos solo lo que sabemos como especie de nuestra especie y sus alrededores? ¿O el entorno conocido y sus pilares no son más que la puerta a otros mundos que están más allá y aún por descubrir? Hace 200.000 ó 300.000 años que, según los científicos, el homo sapiens –revisa aquí el libro que lleva una década cambiando la visión de la Humanidad– transita por la Tierra. La historia y la ciencia cada vez aportan más certezas sobre nuestros primeros pasos, pero de vez en cuando aparecen restos de civilizaciones antiguas, restos repletos de sorpresas y enigmas, que nos hacen repensar lo que en verdad o no fuimos y somos. Esta es una de las inquietudes que provoca el nuevo libro de J.J. Benítez (Pamplona, 1946) La cara oculta de México. Un hallazgo que debería cambiar la Historia (Ed. Luciérnaga).

Un título –el número 48 de una bibliografía repleta de best-sellers– que despierta la imaginación para cavilar, entre otras cosas, sobre la posible hibridación de humanos y extraterrestres. ¿Serías capaz de asumir que en tu árbol genealógico anda suelto un alienígena? A mí, la verdad, me costaría, pero el veterano periodista, investigador y divulgador especializado en ufología y grandes enigmas construye con tal veracidad sus relatos –cargados de datos, muestras, fotografías, informes certificados, estudios y testimonios– que al cerrar el libro reconozco que durante un rato pude decir: “Yo también creo”.

La última vez que le entrevisté fue durante el confinamiento, con motivo de la publicación de su libro La gran catástrofe amarilla (Ed. Planeta) –revisa aquí las jugosas declaraciones que nos concedió–. Entonces me encontré al otro lado del teléfono a un hombre extremadamente sereno, seguro de sus palabras, decepcionado con la especie y consciente de que sus declaraciones no siempre son tomadas en serio. Ha cambiado poco, la verdad. Y lo entiendo, sobre todo cuando pienso que este navarro lleva más de nueve millones de ejemplares vendidos en el mundo. ¿Qué ocurre entonces?, ¿se le cree o no se le cree? Para nosotros, esa no es la cuestión. Aquí lo que nos importa es lo mucho que nos hace pensar y disfrutar con sus trabajos de campo, sus hallazgos inquietantes, sus teorías sobre otros mundos y sus declaraciones turbadoras. Advertencia para los que sigan leyendo: no nos hacemos responsables de tu posible conversión.

«Este hallazgo es un testimonio clarísimo de que civilizaciones no humanas nos han visitado a lo largo de la Historia. Hay muchos testimonios de estas civilizaciones en otras partes del mundo que conocemos a través de pinturas rupestres, de la mitología, de leyendas»

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En La cara oculta de México relatas el hallazgo de unos yacimientos diseminados por el Estado mexicano de Guanajuato con más de 60.000 piezas, entre ellas figuras de barro cocido, hachas y lajas grabadas que representan imágenes inquietantes (dinosaurios desconocidos montados por humanos, criaturas bicéfalas, extraños seres con manos y pies palmeados y lenguas bífidas, extraterrestres, naves espaciales). ¿Cuál es la singularidad de estos objetos? ¿Qué crees que representan?
Sí, calculo que hay unas 60.000 piezas, entre piedras grabadas, figuras de barro y otros objetos. Lo más llamativo de estas piezas grabadas es que representan figuras de seres no humanos y una serie de objetos no identificados, en concreto naves, junto a habitantes indígenas. También hay figuras de dinosaurios, algo que tampoco se puede explicar. Esto no se ha visto nunca, salvo en otro caso que se produjo en Ica (Perú), donde se hallaron unas piedras grabadas similares cuya procedencia también se desconoce. La primera vez que vi este tesoro mexicano pensé que era una falsificación. Las piezas —las hay de mármol, cuarzo, florita, ónix y jade— presentan sirenas junto a seres de grandes cráneos y ojos almendrados que son claramente extraterrestres. En otras lajas negras se ven naves en pleno vuelo, urnas en forma de ovni con tripulantes de enormes cabezas en su interior. Muchas tienen bellísimas incrustaciones de madreperla y un asombroso acabado espejo. También hay espadas, lanzas y hachas con los mangos delicadamente grabados. Son piezas tan espectaculares y bien hechas que al principio pensé que eran modernas. Pero según fui investigando y me confirmaron las dataciones, me di cuenta de que no era así. De hecho, hay piedras que tienen 8.000 años de antigüedad, otras tiene 3.590, otras son del siglo III, otras del siglo XV. Todo aquello es auténtico.

«Enviamos una parte a los laboratorios de la Universidad Autónoma de Madrid. Ellos la sometieron a pruebas de termoluminiscencia y confirmaron que tenía 1.700 años de antigüedad»
Relatas en el libro que no todos los laboratorios y universidades a los que recurriste (Fundación Amerindia de Arizona, Departamento de Zoología de la Universidad de Harvard, Universidad de Nueva York, Universidad Autónoma de Madrid) certificaron el mismo resultado. ¿Por qué entonces estás convencido de su autenticidad?
Porque es una colección muy amplia de objetos que pertenecen a distintas épocas de la Historia. Por ejemplo, de la pieza titulada La pareja extrajimos una piedra del cuello que enviamos a los laboratorios de la Universidad Autónoma de Madrid. Ellos la sometieron a pruebas de termoluminiscencia y confirmaron que tenía 1.700 años de antigüedad. Esa estatua tiene una altura de 1,80 metros, pesa casi una tonelada y es de mármol blanco. No les contamos el origen, solo les pedimos que fecharan esa pequeña pieza del cuello. Si ellos dijeron que es del siglo III, obviamente les creemos, es una universidad de prestigio. Ahora, con la publicación de este libro, se estarán enterando de dónde viene esta piedra.

El Dr. Jiménez del Oso fue quien te mostró por primera vez este hallazgo en 1989. ¿Cuántas veces has viajado hasta el pueblo de Acámbaro para documentarte? ¿Por qué publicas ahora este estudio y no antes?
He viajado hasta allí unas cinco veces, pero la primera vez que vi todo aquello fue efectivamente junto a Fernando Jiménez del Oso para hacer un programa para TVE. Estuvimos en un pueblo que se llama Acámbaro y en una especie de sótano de un edificio había miles de figuras de barro envueltas en papel de periódico y abandonadas. Aquello nos llamó muchísimo la atención porque eran figurillas de barro cocido que representan dinosaurios de especies desconocidas y otras figuras que no tienen explicación lógica. En 2018, me enteré de que en el Estado de Michoacán, mientras abrían una nueva carretera, habían encontrado una serie de lajas de piedra grabada como las que vi entonces. Decían que la gente se las estaba llevando, incluso con helicópteros. Y volví a retomar mi trabajo de investigación con el que he podido confirmar que esos grabados súper nítidos de seres no humanos que aparecen junto a los nativos y a naves sobrevolando son verdaderamente auténticos.

¿En ningún momento has dudado de la veracidad de estos objetos?
Bueno, al principio claro que tuve mis dudas, pero después de los resultados de las pruebas del carbono 14 y la termoluminiscencia no me ha quedado otra que rectificar y pensar que todo esto ha sido obra de alguien que estuvo por aquí hace 8.000 años, hace 3.590 años o en el siglo III.

«La hipótesis a la que se llega es que esas piedras no son obra humana, sino obra de esos mismos seres no humanos que se representan y depositadas en el Estado de Michoacán a lo largo de la Historia»

jj benítez, sosteniendo un hacha con grabados de extraterrestres

J.J. Benítez, sosteniendo un hacha con grabados de alienígenas.

Dices también que todos estos hallazgos tienen otra singularidad y es que ninguno presenta huellas de herramientas. ¿Qué quieres decir con ello? ¿Quién crees que las hizo y cómo?
La observación de que no hay señales de herramientas es bastante sencilla. Basta con estudiarlas a través de una lupa para comprobar que no hay rayaduras. Además, el pulido y la perfección de las grabaciones son extraordinarios. La hipótesis a la que se llega es que esas piedras no son obra humana, sino obra de esos mismos seres no humanos que se representan ahí y depositadas en ese Estado de Michoacán a lo largo de la Historia.

¿Qué explicación se le puede dar a este hallazgo que, según tu investigación, está formado por piezas que pertenecen a periodos tan distintos de la Historia?
Yo entiendo que puede ser un testimonio y que confirma la presencia de varias civilizaciones no humanas, en este caso en México. Estos hallazgos son la prueba de que estos seres no humanos han fabricado las piezas, las han depositado y luego las hemos encontrado. Es un testimonio clarísimo de que civilizaciones no humanas nos han visitado a lo largo de la Historia, y no solo en México. Hay muchos testimonios de estas civilizaciones en otras partes del mundo que conocemos a través de pinturas rupestres, de la mitología, de leyendas…

Aunque nos cueste creer lo contrario, ¿por qué los humanos vamos a ser la única civilización del universo?
Es que no somos los únicos, eso está claro.

Hablemos de humanos y dinosaurios, dos especies que no coincidieron en el tiempo. ¿Cómo explicas las figuras de humanos montados en dinosaurios como si fueran caballos? ¿Podrían ser fruto de la imaginación, tras encontrar, por ejemplo, restos de dinosaurios en la zona?
La verdad es que no tiene explicación, salvo que admitas la hipótesis de que a lo largo de la Historia y de los primeros tiempos de la humanidad aquí, en la Tierra, ha habido civilizaciones que han sabido de esos dinosaurios y los han representado en barro. En una de esas colecciones de figurillas de Acámbaro nos llamó mucho la atención una representación de un elefante asiático. Pero, claro, los elefantes asiáticos nunca han estado en América. ¿Cómo sabían de la existencia de los elefantes asiáticos los que hicieron esa escultura? Lógicamente porque lo han visto y lo han visto en Asia. Una de las hipótesis de este trabajo es que esas civilizaciones conocían la totalidad del mundo, dejaron en esa zona de México esas figuras no sabemos muy bien por qué y con ello están dando testimonio de unos dinosaurios que existieron hace 66 millones de años.

¿Y no cabe la posibilidad de que fuera una expresión artística fruto de la creatividad?
No, los restos de dinosaurios que se han encontrado en esa zona de México son los conocidos. Pero dinosaurios desconocidos hay más de doscientos fabricados y representados en estas figuritas de barro. Es difícil de explicar, es cierto. Lo que está claro es que esas piedras grabadas que también forman parte de este descubrimiento se pueden tocar y se pueden analizar y se puede saber su antigüedad. Hay investigadores que dicen que estas figuras proceden de la mítica Atlántida que se hundió y que, antes de hundirse, las trasladaron a México. Podría ser.

«El mensaje fundamental de este tesoro es que no estamos solos. Estas civilizaciones no humanas han bajado a nuestro mundo hace 8.000 años, hace 3.590 años, en el siglo III…»

tesoro de acámbaro figura de extraterrestre

Otra de las piezas del tesoro de Acámbaro recogidas en el nuevo libro del escritor navarro.
Hay lajas de piedra y hachas que muestran figuras grabadas en relieve con piedras semipreciosas que representan alienígenas y naves espaciales que parecen salidos del cine, junto a indígenas, conviviendo en aparente paz y armonía. ¿Es este el mensaje de estos objetos o hay otros?
El mensaje fundamental es que no estamos solos. Si eso es real, y lo es, estas civilizaciones han bajado a nuestro mundo hace 8.000 años, hace 3.590 años, etc.

«Probablemente esos seres pudieron enseñar cosas a los humanos: matemáticas, agricultura, metalurgia… Eso explicaría por qué los aztecas, y sobre todo los mayas, tenían conocimiento del tiempo que tardaba la Tierra en dar una vuelta sobre sí misma»

juan jose benitez retrato

Si hubo relación entre terrícolas y extraterrestres como representan muchos de estos objetos, ¿por qué crees que se rompió y por qué no se han producido más encuentros, por lo menos que sepamos?
Claro que se están dando encuentros. En todo el mundo se están produciendo apariciones de estas naves no identificadas, de contactos con sus tripulantes. Lo que pasa es que son contactos y muy fugaces. No es como se nos presenta en este tesoro, donde parece ser que los indios y las indias nativos hacían el amor con estos seres. También vemos nativos y seres no humanos que practican una apertura en el pecho para extraer el corazón. Hay una serie de elementos que te dicen que había una relación larga y duradera. Probablemente esos seres pudieron enseñar cosas a los humanos: matemáticas, agricultura, metalurgia… Eso explicaría por qué los aztecas, y sobre todo los mayas, tenían conocimiento del tiempo que tardaba la Tierra en dar una vuelta sobre sí misma. ¿Cómo sabían también que el año de Venus dura 584 días? Pues muy seguramente porque alguna de estas civilizaciones se lo enseñaron.

Una investigación del CSIC propuso hace unos años que la mayor similitud del ADN de sapiens y neandertales, en comparación con los denisovanos, podría deberse a una hibridación entre ambos. ¿Crees posible que hubo también una hibridación entre humanos y extraterrestres, a juzgar por las imágenes presentes en las piezas de este tesoro?
Hay varios grabados que lo confirman, yo solo he mostrado uno. Pero hay otros grabados donde aparecen indias nativas dando a luz a seres no humanos, lógicamente porque ha habido una hibridación. Esa mezcla no me extrañaría nada. Pudo ser para mejorar la raza o simplemente porque se sentían atraídos. Eso ya está en la biblia.

«La frase “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” no tiene sentido que la dijera Dios porque es en plural, pero sí que la dijeran unas civilizaciones superiores a las de los primates que había entonces por aquí»

¿Quiere decir con ello que el homo sapiens es descendiente de los extraterrestres?
Puede resultar extraño porque la mayor parte de la gente no acepta la existencia de civilizaciones no humanas. Pero si aceptas la existencia de otras civilizaciones fuera de la Tierra, tienes que estar de acuerdo, sobre todo si esta civilización te lleva una ventaja de miles de años. Y en algún momento, han podido fijarse en un grupo de primates, por ejemplo, y hacerles una intervención genética. ¿Para qué?, para que con esa intervención genética se pueda desarrollar la inteligencia actual del ser humano. Lo que ocurre es que la gente lo ve desde el punto de vista religioso y entonces se acabó el debate. La frase “hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” no tiene sentido que la dijera Dios porque es en plural, pero sí que la dijeran unas civilizaciones superiores a las de los primates que había entonces por aquí.

Algunos científicos dicen que la humanidad desaparecerá en tres o cuatro generaciones, si no revertimos el daño que estamos inflingiendo al planeta. ¿Hacia dónde crees tú que va nuestra civilización?
Nuestra civilización va hacia el desastre, no creo que dure tantas generaciones. Por lo que está pasando y por lo que vemos, el futuro de la humanidad no es muy halagüeño. No se puede entender que el pueblo judío esté masacrando a los palestinos y que los rusos invadan Ucrania. No tiene ningún sentido. Creo que la gente ha perdido el Norte. No tengo ninguna esperanza en el ser humano, la verdad.

Dicen que el hombre siempre ha sido un mono asesino, ¿estás de acuerdo?
Hay varias teorías, pero la que más me convence, aunque no la comprendo del todo, es esa que dice que la Tierra es un mundo experimental. En la Creación, parece ser que hay mundos laboratorio de vez en cuando, donde se experimenta todo: lo bueno y lo malo. Y la Tierra sería un mundo experimental donde cabe Hitler y la madre Teresa de Calcuta. Si esto es así, no me extrañaría que la humanidad acabara fatal. Hay una segunda parte de esta hipótesis, la que no comprendo, que es cuando el Padre Azul en el que yo creo permite que haya mundos donde existe el mal. No lo entiendo. Se lo voy preguntar.

¿Cuándo se lo vas a preguntar?
Cuando pase al otro lado, claro.

«La muerte en sí misma, por lo que yo he investigado, es apagar la luz y abrir los ojos en otro sitio con un cuerpo físico mucho mejor que este. Así es como se inicia un nuevo camino donde no hay tiempo, un camino hacia el lugar donde habita El Padre Azul que es el paraíso verdadero»
Precisamente eso te quería preguntar: ¿piensas mucho en la muerte?, ¿le tienes miedo?
Yo pienso en la muerte todos los días. No me da miedo morir, pero sí me da cierto miedo la forma de morir. No es lo mismo que te mueras en la cama de un infarto y no te enteras, a que tengas que sufrir un cáncer durante varios años. Pero la muerte en sí misma, por lo que yo he investigado, es apagar la luz y abrir los ojos en otro sitio con un cuerpo físico mucho mejor que este. Así es como se inicia un nuevo camino donde no hay tiempo, un camino hacia el lugar donde habita El Padre Azul que es el paraíso verdadero.

Todo eso suena muy bonito, pero no todos tenemos esa fe o no la tenemos siempre.
Más que una cuestión de fe es una cuestión de información. Yo he podido interrogar a más de mil personas que han tenido este tipo de experiencias cercanas a la muerte o que han visto personas muertas, amigos, familiares, y que incluso han llegado a hablar con ellos y los han tocado. Que un señor de Perú me cuente lo mismo que otro señor de Afganistán, de Estados Unidos o de España, sin conocerse, es porque cuentan la verdad.

«Lo que le interesa a las religiones es dominar tu voluntad, esclavizarte moralmente. Esa es la razón fundamental por la que vino Jesús de Nazaret. Él no vino a salvarnos ni a redimirnos. Vino a decirnos: “Cuando tú mueras, seguirás vivo”».

¿Y por qué en Occidente cada vez se cree menos en la otra vida?
Porque la educación recibida a lo largo de la historia, sobre todo por parte de las religiones, nos ha obligado a pensar que hay que ser bueno o malo para ir al cielo o al infierno. Pero la posible realidad es muy diferente. Tú no vas a ser condenada por nada, aunque fueras la asesina más salvaje de la faz de la Tierra. Existe lo que se llama una ley del contrato, donde tú decides, antes de nacer, lo que quieres hacer en este mundo de la imperfección y de la materia. Y cuando naces, se te borra esa información para no descafeinar la experiencia. Hagas lo que hagas, pienses lo que pienses, cuando mueras, vas a seguir vivo, serás inmortal. Y todo esto que digo no le interesa a las religiones, porque lo que le interesa a las religiones es dominar tu voluntad, esclavizarte moralmente. Esa es la razón fundamental por la que vino Jesús de Nazaret. Él no vino a salvarnos ni a redimirnos. Vino a decirnos: “Cuando tú mueras, seguirás vivo”.

Esa es la idea que vertebra tu obra magna, la serie de doce libros Caballo de Troya donde relatas, a través de un viajero del tiempo, la otra vida de Jesús de Nazaret. ¿Reanudarás la saga?
No lo sé, quizá.

Me gustaría entonces que nos hablaras de la visión remota, una práctica que practicas y que relatas en algunos capítulos de tu nuevo libro. ¿En qué consiste y qué es lo más alucinante que has visto a través de ella?
Es un sistema de viaje, entre comillas, de la mente. Hay muchos procedimientos, pero yo siempre he seguido uno que se llama el método Silva. Lo haces a través de una relajación muy profunda, de una meditación muy honda con la que se baja al estado alfa, mientras mentalmente proyectas la mente al lugar y al tiempo donde tú quieres ir. Es lo que he hecho para La cara oculta de México. Me he proyectado a 8.000 años atrás, a 3.590 años atrás, para ver cómo llegaron allí todos esos objetos.

«A través de la visión remota, vi unas naves que descendían hasta el techo de una choza y de esa nave descendían muy lentamente unas piedras grabadas que se posaban en el suelo. Luego los indígenas salían de la choza y se las llevaban»

pieza del tesoro de acámbaro con indígena y extraterrestre

¿Y qué vistes?
Vi unas naves que descendían hasta el techo de una choza y de esa nave descendían muy lentamente unas piedras grabadas que se posaban en el suelo. Luego los indígenas salían de la choza y se las llevaban.

O sea, quieres decir que las 60.000 piezas que forman este tesoro mexicano fueron fabricadas, transportadas y depositadas por alienígenas.
Sí.

¿Qué les dirías a todos esos científicos y lectores descreídos que desconfían de tus métodos y teorías?
Que lean, que se informen, que mediten y que se escuchen un poco más a sí mismos.

El libro se subtitula Un hallazgo que debería cambiar la Historia, ¿qué crees que va a cambiar?
Este libro no va a cambiar nada, pero sí va a provocar muchas reacciones negativas, eso seguro. Los arqueólogos, por lo menos con los que yo he hablado, no aceptan el fenómeno ovni ni el fenómeno extraterrestre, por lo tanto todo lo que cuento y documento para ellos es falso. Incluso escuché a alguien en televisión diciendo que todas estas figurillas no son más que souvenirs para los turistas.

¿Tampoco aceptan la antigüedad que certifican las universidades y laboratorios de prestigio, cuyos informes aportas en el libro?
Durante mis reuniones con algunos de ellos fue lo primero que argumenté, pero se cierran en banda diciendo que es falso. Entiendo que si aceptaran el fenómeno ovni perderían su prestigio dentro de la comunidad científica y tendrían problemas.

Tú, sin embargo, no has tenido problemas como periodista y divulgador del más allá. Es más, te ha ido muy bien. ¿Siempre creíste que había otros mundo más allá del nuestro?, ¿qué señal o sentimiento te confirmó esa certeza?
Fue nada más empezar a trabajar como periodista en La Gaceta del Norte, en el año 1972. Me mandaron a hacer una información a un pueblico donde había aparecido un ovni. Hasta ese momento nunca me había interesado el tema, salvo una vez en El Heraldo de Aragón de Zaragoza que tuve que hacer una entrevista a un abogado que le gustaba el tema ovni y en esa entrevista me habló mucho de ello. Pero yo no había investigado nada. Entonces, en ese año 72, voy al pueblecito ese, hablo con la gente, con los testigos, y me empiezan a contar que han visto como una especia de cigarro puro con mucha luminosidad que se colocó encima de una escuelita. Lo había visto casi todo el pueblo y pensé: “Un avión no es, un helicóptero tampoco, un globo sonda menos todavía… ¿qué es esto?” Ahí es cuando empecé a investigar, pero por pura curiosidad. Luego fue abriendo nuevos frentes, me fui interesando por otros muchos temas y así hasta hoy.

«A veces estoy contento con mi trayectoria y a veces no, porque la humanidad está ciega. Salvo una minoría, al resto ni le interesan ni le preocupan los temas que trato»

juan jose benitez retrato

Imagino que estará contento con su trayectoria, ¿no?
A veces sí y a veces no, porque la humanidad está ciega y, salvo una minoría, al resto ni le interesa ni le preocupa.

Quizá nos cuesta creer lo que no vemos. ¿Qué es lo más sorprende que has visto tú en estos años de investigación?
Lo más espectacular que he visto y que me ha ocurrido ha sido encontrarme con la información de los Caballos de Troya. Me cambió la forma de ver a Jesús de Nazaret, me cambió su mensaje, me cambió la vida.

«La vida es una aventura. Todos procedemos de un lugar donde no hay materia. Alguien, en un momento determinado, nos cuenta que sí hay otros mundos que son materiales, donde existe el tiempo, la enfermedad, la alegría, el amor, y decidimos bajar a experimentar todas esas emociones y sensaciones, bajamos a vivir esa aventura»

¿Y qué es la vida para ti?
Una aventura. Todos nosotros procedemos de un lugar donde no hay materia. Alguien, en un momento determinado, nos cuenta que sí hay otros mundos que son materiales, donde existe el tiempo, donde existe la enfermedad, la alegría, el amor, y decidimos bajar a experimentar todas esas emociones y sensaciones, bajamos a vivir esa aventura. Y decido cómo quiero ser en ese mundo, o sea, en este: quiero ser hombre, quiero ser mujer, dedicarme a esto, que me pase lo otro…

¿Se puede volver más de una vez a la Tierra para vivir nuevas aventuras?
Con una es suficiente para saber qué es la materia, qué es la imperfección. Puede haber seres de naturaleza diferente a los que se les encomienda misiones concretas en lugares físicos, pero eso no es lo habitual.

«No creo en la reencarnación. Yo digo que aunque vivieras mil millones de vidas no aprenderías ni la décima parte de lo que te rodea en el universo. Por tanto, la razón de la reencarnación, que sería aprender, es falsa»
Entonces tú no crees en la reencarnación.
No creo en la reencarnación porque no es necesaria. El argumento fundamental de los que creen en la reencarnación es que necesitas aprender tantas cosas que tienes que volver a nacer una y otra vez. Yo digo que aunque vivieras mil millones de vidas no aprenderías ni la décima parte de lo que te rodea en el universo. Por tanto, la razón de la reencarnación, que sería aprender, es falsa. Aquí se viene a experimentar, que es mucho más interesante: experimentar el tiempo, la materia, la amistad, experimentar el amor, el amor físico, el dolor, la muerte.

A lo largo de tu vida has avistado cuatro fenómenos ovni. Si se produjera un quinto y fuera lo bastante cercano o íntimo para establecer comunicación, ¿qué te gustaría preguntar o decir a los extraterrestres?, ¿sería capaz de embarcar en su nave o te daría miedo?
Seguramente me quedaría mudo mirándoles. Después, les preguntaría lo que me dijo un astrofísico del observatorio de Calar Alto de Almería, al que le hice la misma pregunta. Pensó un rato y contestó: “Si el número Pi tiene el mismo valor para ellos que para nosotros, puesto que no hay forma de encontrarle el final”. No sé, la verdad, creo que me quedaría mirando como un idiota y ya está. ¿Y subirme a su nave? Si hay billete de vuelta, sí [risas].

 

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