Una de las cosas más comunes que se pueden encontrar en los hogares son los famosos imanes pegados en la heladera. Algunos suelen ser recuerdos de viajes o algún regalo, aunque también, puede ser el número del delivery para pedir comida.
Sin embargo, esta práctica puede traerle problemas al funcionamiento de la heladera a tal punto de que la estética se dañe o quizás algo más complejo: que los componentes se vean afectados y se rompan.
A continuación, te compartimos las razones por las cuales no deberías pegarle estas decoraciones al electrodoméstico.
Interferencia electromagnética: se cree que los imanes podrían generarle muchos problemas al sistema eléctrico de la heladera, afectando no solo su eficiencia, sino que también, a algunos componentes del motor o el termostato. Sin embargo, los que son decorativos son bastante débiles como para afectar al electrodoméstico.
Energía negativa o Feng Shui: En algunas corrientes de pensamiento, como el Feng Shui, se dice que tener imanes suele alterar la energía del hogar y lograr que se quede estancada o desequilibrada. Además, puede afectar el ambiente de la cocina o la salud de quienes habitan el espacio.
Daño estético: Algunos creen que los imanes pueden rayar y dañar la superficie exterior de la heladera. Con el tiempo, esto puede estropear la apariencia del electrodoméstico.
Súper imanes y desmagnetización: En algunos casos, se cree que los imanes muy fuertes (como los de neodimio) pueden llegar a desmagnetizar ciertos componentes que hay dentro de la heladera o interferir en las propiedades magnéticas. Sin embargo, esto es muy poco probable que ocurra en los refrigeradores más modernos.