¿Por qué hay que lavar la ropa antes de usarla por primera vez? Un estudio demuestra que no hacerlo puede ser muy perjudicial para la salud
Un equipo de investigadores de la Universitat Rovira i Virgili ha liderado el proyecto que ha detectado en las prendas compuestos tóxicos y cancerígenos
Tal y como hemos sabido gracias a la publicación del Diari Digital de la Universitat Rovira i Virgili, no lavar la ropa antes de estrenarla nos puede exponer a una serie de compuestos tóxicos y cancerígenos. En efecto, otra cosita más para incluir en tu lista de preocupaciones diarias. Sin embargo, la solución a ello es efectiva y está al alcance de cualquiera.
Un equipo investigador del Centro de Tecnología Ambiental, Alimentaria y Toxicológica (TecnATox) ha estudiado la presencia de productos nocivos en la ropa de niños y embarazadas, los dos grupos con mayor riesgo ante tales exposiciones. El proyecto, que se denomina EarlyCLOTHES y está al cargo de científicos de la Universidad Rovira i Virgili y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili, ha detectado más compuestos tóxicos en prendas hechas a partir de materiales sintéticos. Sin embargo, en las que están confeccionadas con tejidos orgánicos, que suelen ser además más caras, se han encontrado un compuesto cancerígeno, el antimonio. Que sí, es un nombre que te suena de aquellos años en los que te obligaban a aprenderte la tabla periódica de memoria y que en el caso de estas piezas se suele utilizar para que se arruguen lo menos posible en tienda.
No obstante, a raíz de la investigación sus autores han podido demostrar que si lavamos la ropa antes de estrenarla estaremos reduciendo de forma muy significativa la concentración de estas sustancias.
Igualmente, otra de las conclusiones a las que han llegado los investigadores, un equipo liderado por Martí Nadal, es que se debería endurecer la legislación en torno a este problema: «Consideramos oportuno averiguar qué contaminantes químicos hay en la ropa que compramos, especialmente en la que visten dos grupos de población vulnerables, como son las mujeres embarazadas y los niños». Para llevar a cabo el estudio, los científicos compraron la ropa en diferentes tiendas, desde pequeños comercios, hasta centros comerciales y tiendas online, para tener la mayor muestra posible.
En concreto, el proyecto de Nadal ha analizado 55 clases de aminas aromáticas, que son subproductos de los colorantes azoicos, muy empleados en el sector textil por su durabilidad y vivacidad. Por otra parte, también han valorado los niveles de bifenilos policlorados y formaldehído, esas dos sustancias cancerígenas. Además, en su estudio también han incluido varios metales pesados y el bisfenol A, capaces de desencadenar problemas hormonales.
A pesar de que ninguno de estos compuestos ha superado de acuerdo a la investigación el umbral que estipula la ley, no hay un control sobre la cantidad total de compuestos presentes en los tejidos o sobre los efectos que esto pueda tener sobre la salud de las personas, en especial para los bebés, según Nadal, debido al bajo peso de los mismos y a la exposición prolongada a según qué tejidos.