Trastorno disfórico premenstrual, más allá de los cambios de humor

Tendencia Urbana
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Es posible que cada vez que se aproxima la menstruación sientas que el mundo está en tu contra o que nadie te entiende. Experimentar estas sensaciones y pensamientos puede afectar tu calidad de vida.

El trastorno disfórico premenstrual (TDPM) puede ser la causa de cambios severos de humor y de malestar que suceden en torno a la llegada de la menstruación. A menudo, se confunde con los clásicos síntomas del síndrome premenstrual (SPM), pero es mucho más grave y agotador.

La menstruación es una parte natural de la vida femenina y, de por sí, trae consigo repercusiones físicas y emocionales. Sin embargo, algunas mujeres sufren síntomas severos que impactan en profundidad en su calidad de vida.

Saber identificar esta situación, comprender por qué ocurre y conocer las opciones de tratamiento puede cambiar de manera notable la experiencia menstrual. Aunque los dolores, los enojos, la tristeza y la frustración no desaparecerán por completo, tendrás las herramientas para manejar mejor lo que se avecina.

¿De qué se trata este caos emocional antes de la menstruación?
Aunque el término trastorno disfórico premenstrual pueda sonar confuso, se trata de un conjunto de signos clínicos que conforman una condición psiquiátrica que requiere tratamiento. Se caracteriza por la presencia de síntomas de depresión graves, irritabilidad y tensión que aparecen antes de la menstruación.

Sus manifestaciones incluyen las que se observan en el síndrome premenstrual, como hinchazón, dolores de cabeza y sensibilidad en los senos, pero más intensos y debilitantes. Además, provoca síntomas emocionales graves, como irritabilidad extrema, ansiedad, depresión y hasta ideas suicidas que pueden interferir con las actividades diarias y las relaciones personales.

Los síntomas comienzan entre 7 y 15 días antes del inicio del período menstrual y pueden continuar durante los primeros días del mismo. Cuando llega el sangrado, la situación empieza a mejorar y la mujer empieza a sentirse otra vez mejor. El TDPM puede iniciar en cualquier momento después de la pubertad.

Aunque muchas mujeres experimentan cambios físicos y conductuales leves antes del período, alrededor del 5 a 8 % de ellas sufren afecciones tan intensas que perturban su vida diaria y su capacidad de desempeño personal.

¿Cuál es la diferencia con el síndrome premenstrual?
Es habitual que muchas mujeres sientan algunas molestias en el cuerpo y cambios de humor los días antes de su período. Pero, aunque suelan confundirse, el SPM y el TDPM no son lo mismo:

Diferencias entre el síndrome premenstrual y el trastorno disfórico premenstrual.

El SPM es bastante común, causa malestar físico y emocional, pero con síntomas leves, que no afectan de manera significativa la vida diaria. Puede haber dolor de cabeza, sensibilidad en los senos, molestias abdominales, desánimo, cansancio y mal humor, pero con una intensidad tolerable. Las rutinas pueden continuar a pesar de no sentirte del todo bien.

En cambio, el TDPM se caracteriza por presentar síntomas mucho más graves, como una profunda depresión, desesperanza, enojo extremo, ansiedad y falta de fuerza que interfieren con el día a día. Las relaciones personales y las actividades diarias pueden comprometerse con este vaivén de emociones que toman el control.

Ambas condiciones ocurren una o dos semanas antes de la menstruación, durante la fase lútea del ciclo menstrual, cuando los niveles hormonales de estrógeno y progesterona disminuyen. Sin embargo, el TDPM provoca una respuesta mucho más intensa a estas fluctuaciones.

Además, los efectos y consecuencias del TDPM persisten más allá del inicio del período menstrual. Aunque los síntomas físicos y emocionales pueden mejorar una vez que comienza el sangrado, el daño y las consecuencias causadas por estos síntomas intensos, como problemas en las relaciones personales y dificultades en el trabajo o la escuela, suelen perdurar.

¿Cómo identificar lo que te pasa?

Para identificar si lo que te sucede los días antes de tu período es un TDPM, debes prestar atención a la aparición y la intensidad de tus síntomas. Estos deben aparecer una o dos semanas antes de que comience el sangrado y mejorar unos días después. Además, deben causar un malestar tan significativo que interfieren con tu vida diaria.

Para que tu médico pueda diagnosticar el TDPM, deben presentarse al menos cinco síntomas en la semana antes de tu período. De estos, uno o más deben ser emocionales o mentales, entre los que se incluyen los siguientes:

También pueden presentarse manifestaciones físicas, como hinchazón, dolor abdominal, muscular o de cabeza, aumento de peso y sensibilidad en los senos.

¿Por qué te sientes así?
El TDPM no tiene causas del todo claras, pero la investigación sugiere que está relacionado con la respuesta de ciertas mujeres a las fluctuaciones hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual. A pesar de que los niveles de hormonas son normales, una mayor sensibilidad a sus variaciones podría desencadenar los síntomas físicos, conductuales y emocionales característicos.

Los cambios hormonales a lo largo del ciclo menstrual afectan los niveles de neurotransmisores cerebrales como la dopamina, la serotonina y el ácido gamma aminobutírico (GABA), los cuales influyen en el estado de ánimo y el comportamiento. Cuando no ocurre la fecundación del óvulo, la reducción del estrógeno y la progesterona disminuyen estos neurotransmisores, lo que puede originar síntomas depresivos, ansiedad, irritabilidad y otros cambios de humor.

Estas fluctuaciones de hormonas y sus efectos sobre los neurotransmisores podrían aclarar el origen del TDPM. De todos modos, la explicación completa de por qué algunas mujeres son más sensibles a estos cambios sigue siendo un enigma.

Otros factores

Además de los cambios hormonales, existen ciertos factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar TDPM:

  • Estrés
  • Fumar
  • Tener obesidad
  • Padecer trastornos tiroideos
  • Haber sufrido eventos traumáticos
  • Abuso de alcohol y otras sustancias
  • Antecedentes de trastornos de ansiedad o depresión

Aunque son necesarias más investigaciones para confirmarlo, la genética también podría tener implicancia en el desarrollo de esta patología.

Buscar un diagnóstico

Si cada vez que te está por bajar la regla la pasas fatal y esto afecta tus relaciones, tus actividades cotidianas y tu calidad de vida, es importante que obtengas un diagnóstico. Hay muchas situaciones que pueden estar causando tus molestias y ponerle un nombre al problema es el primer paso para buscar soluciones.

Si los síntomas de tu síndrome premenstrual son muy severos o sospechas que tienes trastorno disfórico premenstrual, lo primero que debes hacer es visitar a tu médico. El diagnóstico no puede realizarse mediante pruebas de imagen o de laboratorio, sino con cuestionarios específicos.

Tu médico te pedirá que tomes nota y registres el tipo, la severidad y la duración de los síntomas durante un período concreto. Llevar un historial de tus sensaciones durante varios ciclos menstruales —como mínimo dos— será el puntapié para evaluar y entender lo que te sucede.

Una vez realizado el registro de los síntomas durante dos o más ciclos, visita a tu ginecólogo para identificar tu problema. Asimismo, es necesario realizar una evaluación psiquiátrica para descartar otras afecciones que pueden presentar síntomas parecidos.

Es vital encontrar un médico que sea comprensivo y minucioso en su evaluación. Si el profesional minimiza tus preocupaciones, es recomendable buscar una segunda opinión.

¿Cuándo consultar a tu médico?
Debes acudir a tu médico si experimentas:

Ira descontrolada
Depresión severa
Pensamientos suicidas
Sentir que has perdido el control
Ansiedad extrema y ataques de pánico
Pensamientos de hacerte daño a ti mismo o a otros
Si tienes pensamientos suicidas llama o envía un mensaje de texto a centros de crisis locales que brindan apoyo gratuito y confidencial las 24 horas, los siete días de la semana.
¿Qué puedes hacer para sentirte mejor?
Aunque no suene alentador, obtener un diagnóstico de trastorno disfórico premenstrual te permitirá tomar cartas en el asunto y prepararte mejor para enfrentar la situación. El tratamiento para este trastorno se centra en aliviar los síntomas y mejorar el funcionamiento y calidad de vida.

No hay un método terapéutico exacto que funcione para todas las mujeres por igual. De todas formas, en casi todos los casos es necesario un abordaje integral, que contemple varios aspectos de tu vida:

Cambios en el estilo de vida
Adoptar hábitos saludables puede ayudarte a reducir las molestias durante los días previos a la menstruación. En este sentido, llevar una dieta balanceada y rica en nutrientes puede hacer un gran cambio. Incluye frutas, verduras, cereales y carnes magras en tus comidas y evitar los ultraprocesados y los azúcares refinados.

La práctica regular de ejercicio físico también contribuye a mejorar el estado de ánimo, controlar el peso y aliviar los síntomas. Apúntate al gimnasio, practica yoga o sal a correr dos o tres veces por semana.

Toma mucha agua y evita beber alcohol, sobre todo los días previos al período. Además, asegúrate de dormir bien y suficiente: el descanso adecuado te puede ayudar a lograr estabilidad emocional y física.

Suplementos nutricionales y hierbas medicinales
Algunos micronutrientes como el calcio, el magnesio y la vitamina B6 han demostrado ser útiles para reducir la intensidad de los síntomas. Consulta a tu médico si puedes utilizar estos suplementos para sentirte mejor.

Si te inclinas por los remedios naturales, suplementos herbales como el aceite de onagra, cohosh negro, hierba de San Juan, azafrán, Ginkgo biloba y manzanilla podrían contribuir al alivio de los síntomas.

Tratamiento farmacológico
Muchas veces es necesario utilizar medicamentos para controlar los cambios hormonales y las fluctuaciones de los neurotransmisores, que podrían originar los síntomas del trastorno:

Anticonceptivos hormonales: las píldoras anticonceptivas combinadas, que contienen hormonas como la drospirenona y el etinilestradiol, pueden estabilizar las fluctuaciones hormonales.
Antidepresivos: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como la sertralina, fluoxetina y paroxetina, son efectivos para regular los niveles de serotonina y mejorar los síntomas.
Terapia psiquiátrica
Busca apoyo psicológico y psiquiátrico para manejar los síntomas emocionales y conductuales. La intervención de un profesional de salud mental puede ayudarte a desarrollar habilidades para enfrentar el estrés y la ansiedad, que se intensifican antes del período, y prevenir el empeoramiento de la condición.

Técnicas de relajación y terapias complementarias
Los ejercicios de respiración, la meditación y las prácticas de yoga pueden reducir el estrés y mejorar el bienestar general, proporcionando una mayor sensación de calma y equilibrio emocional. La acupuntura también podría ayudar a aliviar el dolor y disminuir la ansiedad, proporcionando una alternativa natural para el manejo de los síntomas.

Busca ayuda
El trastorno disfórico premenstrual es una condición seria que puede afectar tu vida emocional, social y laboral. Reconocer los síntomas y buscar ayuda profesional te ayudará a entender y manejar lo que te sucede.

No subestimes tus síntomas, hablar con un profesional de la salud puede marcar la diferencia. El TDPM es tratable y no tienes que enfrentarlo sola.

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