El TDHA-like, o trastorno por déficit de atención e hiperactividad en perros, es la causa de muchos comportamientos indeseados, y puede tratarse con técnicas de relajación, protocolos de conducta, adaptación del ambiente y con dosis bajas de antidepresivos.
Paula siente la obligación de sacar a pasear a su perra. No solo sabe que es la única manera de no tener que limpiar sus alivios del ya maltratado suelo de su casa, sino que tiene claro que el aislamiento perjudica su calidad de vida y empeora su comportamiento. Pero no se ve capaz de superar otra desagradable experiencia en el parque.
Molie tiene una forma de ser un tanto peculiar y, cuando llega la hora del paseo, este se torna en una pesadilla. Su nivel de actividad se multiplica y empiezan los fuertes tirones y los ladridos inconsolables a cualquier cosa animada o inanimada que ve. La atención se dispersa y es imposible que responda a los intentos de apaciguamiento. El miedo crece. Todo representa un estímulo que secuestra su atención y el estrés convierte cada input en un peligro potencial.
No son pocos los que le dicen a Paula que su perra tiene un problema de carácter, pero lo que tiene es un trastorno de conducta de origen genético, ambiental y neurobiológico que puede tratarse y controlarse de forma efectiva, tal y como ha concluido un equipo de etólogos españoles en un reciente estudio publicado.
El estudio veterinario aporta nuevos descubrimientos sobre el Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) en perros, y arroja luz sobre los síntomas, las causas, los factores de riesgo, los tratamientos y la prevención de esta alteración que dificulta la convivencia entre canes y dueños, y cuya incomprensión y falta de herramientas supone uno de los motivos comunes de abandono.
Los síntomas del llamado TDAH-like, nombre que utilizan para referirse al TDAH canino, son impulsividad, hiperactividad, problemas de atención y, en muchos casos, agresividad.
Las primera señales, correspondientes a los síntomas de impulsividad e hiperactividad, se reconocen por la dificultad del animal para quedarse quieto o para esperar, por su movimiento constante, por una vocalización excesiva, por la búsqueda continua de atención, por sus ganas incansables de jugar, por su reacción exagerada a los estímulos, por su obsesión por la destrucción de objetos del hogar, o por un sueño ligero y escaso.
El déficit de atención se podría deducir a partir de su facilidad para distraerse, de la dificultad de concentración en tareas simples, de la rápida pérdida de interés por estímulos externos que poco antes eran enormemente llamativos, y por la falta de atención cuando se les habla directamente.
Diagnosticar un trastorno como el TDAH no es sencillo, ya que no basta con la observación del comportamiento del animal. Los síntomas deben contrastarse con la historia clínica completa, con cuestionarios como la Escala de Evaluación de Impulsividad en Perros (DIAS) y la Escala de Calificación del TDAH en Perros (Dog ARS), y con pruebas que descarten otras posibles causas.
Razas de perros más activas
- Labrador retriever: Les encanta el ejercicio y necesitan salir a pasear varias veces al día. Fieles e inteligentes. Son la raza elegida como perros guía, para ayudar en rescates y para intervenciones policiales.
- Golden retriever: Son perros muy activos que aman la naturaleza y las actividades en el agua. Amable, sensible, equilibrado y enamorado de los niños. Les encanta competir contigo a ver quién puede tirar más.
- Doberman: Necesitan un alto nivel de actividad física y mental para no aburrirse. Fiel, cariñoso y protector. Requiere de mucha atención para que aprendan a sociabilizar, sobre todo cuando son cachorros.
- Border Collie: Se desviven por trabajar y ayudar. Son muy activos, tanto física como mentalmente, y, si no hacen suficiente ejercicio, pueden ser algo traviesos. Probablemente sea la raza más obediente que existe.
- Jack Russel Terrier: Necesita una gran cantidad de ejercicio y todos los estímulos mentales que puedas proporcionarle. Inteligentes y juguetones. Su curiosidad es inagotable y son grandes compañeros de aventuras.
- Galgo: Pueden parecer tranquilos y calmados, pero su agudizado instinto de caza los pone en acción en los momentos más insospechados. Cariñosos con quienes conocen y reservados con los desconocidos.
- Beagle: Son perros muy juguetones y activos. Grandes guardianes por su gran sensibilidad auditiva y olfativa. Ideales para familias con niños y con otros animales, siempre que se hayan criado juntos.
- Dálmata: Son fieles, obedientes y alegres. Les encanta ser el centro de atención y harán todas las payasadas imaginables hasta conseguirlo. Sin el ejercicio adecuado, pueden desarrollar comportamientos nocivos.
- Cocker spaniel inglés: Son felices rodeados de humanos. Viven para complacer a sus dueños. Son activos, amables y se llevan bien con niños y otros animales. Necesitan ejercitarse y aprender continuamente.
- Braco alemán: La energía de un perro cazador y la personalidad de un amigo fiel. Afable y cariñoso. Si no tiene la oportunidad de ejercitarse al menos 2 horas al día, calmará la ansiedad rompiendo cosas.
Según el estudio, existen factores de riesgo que podrían derivar en conductas asociadas al TDAH. La herencia genética, por ejemplo, justifica que razas como los terriers o los perros de trabajo, con altos niveles de energía y excitabilidad, sean más propensos que otros a recibir un diagnóstico de TDAH.
Por otro lado, factores ambientales como la falta de cuidados, largos periodos de separación y aislamiento, la carencia de juego con otros animales, los castigos y otros experiencias traumáticas pueden potenciar la aparición del trastorno, sobre todo, si se trata de perros jóvenes y machos, estadísticamente más vulnerables de sufrirlo.
Una vez identificado el problema y evaluado debidamente, la solución, siempre que exista una constancia por parte de los dueños, no es compleja. Es posible modelar el comportamiento evitando sobreestímulos innecesarios, interactuando con el perro solo cuando esté calmado, ignorando la demanda exagerada de atención, instaurando rutinas de ejercicio y cambiando el castigo por refuerzo positivo.
En casos graves, se puede recurrir a antidepresivos orales, como la fluoxetina, que estimulan en el cerebro la producción de serotonina, neurotransmisor asociado con el control de las emociones y del estado de ánimo, y la producción de dopamina, neurotransmisor asociado a la felicidad. De hecho, la desregulación de estas dos hormonas como consecuencia de los factores comentados anteriormente, es la responsable de los comportamientos vinculados con el TDAH.
Juegos para estimular a tu perro
- Traer objetos: Enséñale a buscar objetos concretos y a traértelos. Primero objetos que estén a la vista y luego objetos que tenga que encontrar. Este ejercicio le ayudará a desarrollar su olfato y a reforzar su memoria, su autocontrol y su atención, además de crear vínculos poderosos contigo. Puedes empezar con sus juguetes, como pelotas o nudos, pasar después a objetos para los que se requiera más cuidado, como zapatillas o prendas de ropa, y terminar con comida empaquetada, poniendo a prueba la obediencia por encima de la gula.
- Encontrar el tesoro: Esconde sus golosinas favoritas en diferentes zonas de la casa y deja que entrene su olfato mientras las encuentra. Guíale si ves que le cuesta encontrar alguna de ellas. Es un trabajo en equipo. Aumenta la dificultad encondiendo los premios en sitios cada vez más difíciles, usando premios cada vez con olores más suaves y trasladando el juego al exterior de la casa. Si ves que le cuesta encontrar sus primeros tesoros, crea un rastro con la golosina tocando con ella el suelo hasta el escondite.
- En qué mano está la chuche: Llena tus dos manos de la golosina favorita de tu perro para que su olor queda impregnado en ambas, luego enséñale una chuche, pon tus manos tras tu espalda, colócala en una de las manos, cierra las dos y muéstraselas para que las huela y encuentre el premio. Si acierta, deja que se coma la chuche. Si falla, vuelve a empezar. Así, estimularás su mente y afinarás su olfato.
- Juguetes de ingenio: Existen muchos juegos en el mercado que puedes llenar con comida para estimular su ingenio y que se divierta resolviendo acertijos para llegar a la recompensa. Desde el clásico Kong, que solo debe hacer rodar con el hocico para exprimir su contenido, hasta juegos más complejos como los de Nina Ottosson donde debe afinar su inteligencia para desbloquear el engranaje y liberar el premio.
- Juegos de obediencia: Enséñales nuevos trucos a tu mascota siempre que puedas. Cualquier acción que logres que lleve a cabo aumentará su inteligencia, su sentido de utilidad y su felicidad. Empieza por conseguir la secuencia clásica de que se siente, se eche y, después, se poca panza arriaba. Refuerza cada logro con una golosina y con acciones de afecto y cariño.
- Agility: Los entrenamientos de agilidad tienen muchas ventajas, más allá de ganar un concurso de obediencia o de mejorar la salud física del perro. Además, estimulan la mente, le ayudan a desarrollar habilidades complejas, crean lazos estrechos el dueño, regulan el exceso de actividad y proporcionan diversión y entretenimiento en grandes dosis.
