Según un nuevo estudio, los biomarcadores de uranio son más elevados en los que prefieren los cigarrillos electrónicos con sabores dulces.
En el estudio participaron 200 adolescentes de entre 13 y 17 años. Según mostraron los análisis de orina, los vapeadores frecuentes (los que fuman entre cinco y 19 días al mes y dan una media de ocho caladas al día) tenían un 30 % más de plomo y un 50 % más de uranio en comparación con sus compañeros que evitan vapear o fuman cigarrillos electrónicos solo ocasionalmente.
«Aunque el vapeo se considera una alternativa segura al tabaco, el aerosol contiene una serie de sustancias químicas, entre ellas metales pesados, que, con una exposición crónica, pueden tener efectos sobre la salud a largo plazo», advirtió Kelly Burrowes, experta del Instituto de Bioingeniería de Auckland.